viernes, 12 de junio de 2009

EL VERDADERO MUNDIAL








Johannesburgo 2009.
El mundial se apróxima para Suráfica, un país donde su historia enlaza con una de las peores injusticias cometidas por el hombre blanco apenas hace algo más de una decena de años. Estas injusticias de descriminación racial cometidas por el apartheid, denominadas por Naciones Unidas como “ un crimen contra la humanidad”. En Europa occidental, la política es un tema de interés opcional. Se puede pasar de ella, se puede no votar en elecciones, sin que la vida de uno se vea seriamente afectada. En Sudáfrica, desde la introducción del apartheid 1948 hasta su desaparición, con la llegada de Mandela al poder en 1994, la política afectaba a todos, todos los días. Los negros, el 85% de la población , no podían votar y se imponía por la fuerza un sistema que prohibía el acceso de los negros a una educación decente, a los mejores barrios residenciales, a los mejores trenes y autobuses, a los parques públicos a las playas, Apartar a las razas, dividirlas, no permitir que se mezclen: ése es el propósito del apartheid, una de cuyas leyes” la ley de la inmortalidad”.

Hablar de la violencia de Johannesburgo quizás es la parte que uno quiere compartir cuando ha estado allí, se convierte en un denominador común, tanto que cuando cogíamos el avión en la facturación, la azafata nos pregunto si estaríamos en la ciudad o haríamos escala, al decirle que estaríamos en la ciudad, nos aparto y nos dijo que tuvieramos cuidado, que a un amigo suyo le habían pegado un tiro por robarle el móvil.
Mentiría si una vez allí no tuvimos miedo, pero he de decir que no me gusta mucho la linea de algunos medios españoles y me imagino del mundo de como utilizan la violencia que existe allí como parte de noticia sensacionalista, como si de un vídeojuego se tratase. Quizás entender que el 90% de la población tiene armas y el sueldo mínimo es aproximadamente 150€, una población donde sus recuerdos son todavía de rencor hacia el hombre blanco. No sé si el mundial ayudara a paliar estos rencores si dará opurtunidades de empleo, quizás sea una pequeña oportunidad para un país que merece empezar de nuevo y así poder perdonar. Tendrán que entender que una política desarrollada por un presidente negro no les da esperanzas ni soluciones. Todo esto en los albores de un mundial de fútbol hace que exista una especie de falsa calma, cuando todo termine y los blancos se vayan con su dinero a otro lado, se volverán a quedar solos con sus miserias, y será cuando empiece EL VERDADERO MUNDIAL